He decidido mientras paseaba con Marcos por Paris que se iba a llamar asi mi entrada en el blog de esta noche.
Me ha parecido evidente, mientras miraba cada escaparate, cada terraza, cada persona que pasaba que París, y este verano para mi van a ser una purificación emocional, corporal y mental, lo de religioso dejémoslo para tiempo mejores.
Es el sitio perfecto para encontrarte a ti misma, para ser todo lo excéntrico que quieres ser y no te atreves, para experimentar, para crecer. Es perfecto para pintarte los labios de rojo aunque sean las 2 de la tarde y para caminar con tacones, o para volver a casa en bici o para cenar solo vino y queso. Paris es música, y brunch, y "me lo compraría todo" y balcones y calles preciosas que se te olvidan nada más pasar. París es mucho París.
El día ha empezado realmente a las 7:30 de la tarde, cuando hemos salido de casa; hasta entonces ha sido un aletargo continuo con gossip girl de fondo y picoteos intermitentes en la cocina. El día ha empezado tarde y aun asi me parece haber hecho muchas cosas. El paseo por el barrio judio-gay (es rara la mezcla no?), la crepe más buena que he comido en mi vida, intentar colarnos en un coctail en un edificio oficial, la peor sfogliatelle del mundo, la botella de vino en el sena y luego mirar alrededor y darme cuenta que lo que era un atardecer al lado de notre-dame con música de fondo se había convertido en un botellón. Mis primeras frases en francés (por favor, marge, que será de mi!) e intercambiar facebook con gente.
2:32 de la mañana, tengo sueño...mañana me voy a mi casa y dejo la de marcos, al que había invadido sin piedad. Pensar en bajar la maleta me da pesadillas...espero que la catarsis corporal no se refiera a una lesión...
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