martes, 23 de febrero de 2010

extraño refugio

Tengo justo a mi derecha un taco de 390 paginas de derecho mercantil,
Enfrente un taco de unas 200 de derecho procesal
En la cama 5 carpetas de colores
Encima de la mesa la agenda, un tarro con bolígrafos de todo tipo, folios, el teléfono y mi querido mac desde el que escribo.

Parece que fuera enero otra vez, apurando con sus últimos avisos antes de exàmenes.
Sin embargo creo que ahora mismo esto es de las pocas cosas que soy capaz de tener bajo control, las carpetas y los bolígrafos, el orden o desorden de mi mesa y estanterías, y una agenda llena de planes para cada día.

No cambia nada, no da respuestas ni soluciona problemas...pero soy capaz de tenerlo bajo control; es un terreno que conozco y en el que se moverme, un momento en el que no tengo que pensar en nada más.

No se si es lógico o no, pero no tengo tiempo de pensar en eso tampoco, ahora solo tengo que ponerme al día con mercantil.

sábado, 20 de febrero de 2010

siempre este estúpido tiempo

hace mucho que no escribo, y no se porque vuelvo a ello hoy...

es un sábado de sol y frío, y aunque el espíritu de los examenes se diluye lentamente como si todavía estuviera aqui la verdad es que el segundo cuatrimestre ha empezado y como buena estudiante ya voy con retraso para un ídilico "esta vez voy al día" que prometí no mucho tiempo.

si miro por la ventana y veo el Retiro me entra una extraña sensación...llevo una camisa de rayas y mis nuevos compañeros de piso son unos señores de unos 50 años que llevan toda la vida intentando hacerme buena persona y con los que me acurruco en el sillón para ver películas.

supongo que estoy obsesionada con el tiempo, como cualquier persona que escribe aunque sea para desentumecer los dedos, el tiempo es algo que nos trae a todos por el camino de la amargura, que se nos escapa de las manos,que precisamente por su constancia enfermiza nos parece rebelde e inestable, aveces incluso cruel; nos deja estupefactos ante su velocidad disimulada ("señoras que dicen como pasa el tiempo cuando ven niños") o ante su pasividad mas absoluta cuando de aburrimiento o impaciencia se trata.

El tiempo me ha traído aqui, y parece que no pudiera estar en ninguna otra parte, que no querría estar en ninguna parte. la camisa de rayas y la habitación con vistas al retiro, el armario de 3 metros y las fotos en blanco y negro, parecen parte inevitable de mi formación, parecia un paso obvio ahora que lo he dado. Parecía que no podía ser de otra manera.

No se lucha contra el tiempo, uno se adapta y confía, intenta disfrutar del viaje, aunque en momentos el mareo nos nuble las ideas. Me doy cuenta que todo es más fácil cuando no hacemos las cosas dificiles, cuando confiamos en el tiempo, cuando miramos por la ventana y vemos que dentro de nada acabará la hibernación y volveremos a quitarnos los copos de nieve de encima.