sábado, 20 de febrero de 2010

siempre este estúpido tiempo

hace mucho que no escribo, y no se porque vuelvo a ello hoy...

es un sábado de sol y frío, y aunque el espíritu de los examenes se diluye lentamente como si todavía estuviera aqui la verdad es que el segundo cuatrimestre ha empezado y como buena estudiante ya voy con retraso para un ídilico "esta vez voy al día" que prometí no mucho tiempo.

si miro por la ventana y veo el Retiro me entra una extraña sensación...llevo una camisa de rayas y mis nuevos compañeros de piso son unos señores de unos 50 años que llevan toda la vida intentando hacerme buena persona y con los que me acurruco en el sillón para ver películas.

supongo que estoy obsesionada con el tiempo, como cualquier persona que escribe aunque sea para desentumecer los dedos, el tiempo es algo que nos trae a todos por el camino de la amargura, que se nos escapa de las manos,que precisamente por su constancia enfermiza nos parece rebelde e inestable, aveces incluso cruel; nos deja estupefactos ante su velocidad disimulada ("señoras que dicen como pasa el tiempo cuando ven niños") o ante su pasividad mas absoluta cuando de aburrimiento o impaciencia se trata.

El tiempo me ha traído aqui, y parece que no pudiera estar en ninguna otra parte, que no querría estar en ninguna parte. la camisa de rayas y la habitación con vistas al retiro, el armario de 3 metros y las fotos en blanco y negro, parecen parte inevitable de mi formación, parecia un paso obvio ahora que lo he dado. Parecía que no podía ser de otra manera.

No se lucha contra el tiempo, uno se adapta y confía, intenta disfrutar del viaje, aunque en momentos el mareo nos nuble las ideas. Me doy cuenta que todo es más fácil cuando no hacemos las cosas dificiles, cuando confiamos en el tiempo, cuando miramos por la ventana y vemos que dentro de nada acabará la hibernación y volveremos a quitarnos los copos de nieve de encima.

No hay comentarios: