jueves, 26 de agosto de 2010

me voy...

Maleta grande (que yo no llevaré) ---> hecha
maleta de mano ---> hecha
Ropa para el viaje --> elegida
cuaderno de francés, cuaderno de listas, postales para el viaje---> a mano

si, parece que es verdad, que en dos horas diré hasta luego a esta casa (que ha sido la mía durante dos meses) y bajaremos los 4 pisos sin ascensor e iremos al aeropuerto, y después de facturar la enorme maleta verde tomaremos un café intentando no creernos que ya es 26 de agosto, y nos reiremos y nos miraremos con incredulidad...y luego nos diremos adiós, y escríbeme cuando llegues para saber que estás bien y no te preocupes que en dos semanas y media vuelves a estar en París, viendo lo que te queda por ver.

y pasaré el control policial y luego esperare paciente para embarcar, quizás hasta me compraré alguna revista (en francés) para que se me haga más ameno el corto trayecto.

Y cuando baje, después de recoger la maleta y ponerla en uno de esos carritos con ruedas saldré y me encontraré a mis padres, sonrientes y me daré cuenta de que le he echado de menos más de lo que pensaba, y Madrid me recordará que siempre será mi casa y de alguna manera Paris se quedará en Paris. Por dos semanas y media.


domingo, 22 de agosto de 2010

paris contrarreloj

Ha venido casi más gente a verme a Paris en dos meses que a Florencia en 1 año, así que supongo que si que es verdad que es un mini erasmus. Además he viajado, aprendido la lengua, y hecho cosas típicas del país...así que nada, aceptamos verano como sucedáneo, como metadona que ayuda a superar el mono de experiencias.

Chris toca hurt de johnny cash de fondo y me doy cuenta de que esto, como el Erasmus, también se acaba. Que en 4 días seré yo la que esté en dirección al aeropuerto y no mi hermana, Estefi, Luis y Julio. Será mi maleta, mucho más grande, la que me devuelva a mi casa aunque el mismo aeropuerto me verá de nuevo en algunas semanas con sabor a bienvenida y de nuevo al poco tiempo con la despedida entre los labios.
Es un mundo cada vez más cercano, todos vivimos en todas partes, los aeropuertos se olvidan de nuestras caras y las parejas que se besan en la sala de espera o en el andén tienen más posibilidades de volver a hacerlo en más tiempo del deseado pero menos del que antes les hubiera separado.

Esa misma cercanía es la que permite vuelos express Madrid-Paris a 4 personitas para pasar un fin de semana corto, muy corto, en las calles de la capital francesa. Es posible darle un buen sorbo a la ciudad en algunas horas y quedarte con el agradable retrogusto de quien viene a este lugar. Es posible andar, y andar y andar lo que el cuerpo dé de si y admirar cada calle, cada barrio...es posible tener ganas de enseñar toda la ciudad, de querer hacerla pequeña para que te quepa en un bolsillo y regalársela a cada uno de ellos como te da la impresión que ella misma lleva regalándose desde que llegaste.

Quería que lo vieran todo, incluso sabiendo que yo misma no he visto todavía ni la mitad y llevo aquí casi dos meses. Quería que conocieran Paris, y mi vida en Paris y que formaran parte de ella en un fin de semana, aunque sea a modo simbólico.

Y es raro pensar que mientras que yo este comiendo en 10 minutos pollo asado (bendita casualidad que hoy sea domingo) ellos estarán en el aeropuerto, tan cerca de aquí, y para mi ya se han ido. Ya ha acabado este Paris a contrarreloj.


jueves, 19 de agosto de 2010

hippy...

ya he vuelto de mis vacaciones, de mis vacaciones dentro de mis vacaciones, vaya sociedad estamos creando...

me he ido a San Sebastián, y lo peor de todo es que creo que he aprendido mas francés ahí que los días que pase responsable y meditabunda en un Paris solitario. Me recuerdo pidiendo a Axel que me dejara hablar un poco de inglés para descansar del francés y recuerdo sus no tajante, y sus correcciones desde la primera hora de la mañana hasta la última noche. Creo que ahora necesito vacaciones de nuevo!

El viaje empezó con un interminable viaje de 6 horas en tren hasta st. Jean de Luz donde un Axel en monopatín, hacía la entrada a Chris y Julian que habían escrito en papel higiénico un cartel de bienvenida...intenté ignorar el hecho de que tenían 30 años y escuché sonriente como Axel relataba emocionado que se había comprado, aparte del patinete, una cometa y un bañador de surfista, y como los otros mostraban orgullosos sus sudaderas y camisas hawainas. La verdad es que estaba poco segura de donde me estaba metiendo, porque nada de eso suele ir conmigo, pero supuse que la sonrisa permanente en mi cara era una buena señal de que la decisión había sido la acertada. Después de un poco de guitarra y hukelele nos organizamos como pudimos en la caravana; cuando estuve metida en el saco me di cuenta de que realmente estaba en el sur de Francia con dirección a San Sebastian!

St. Jean de Luz me encantó, es como un pueblito de cuento...de los sitios en los que parece que alguien va a gritar CORTEN de un momento a otro y van a mover las casas de cartón piedra. muchos turistas, buen tiempo, tiendas bien cuidadas, pastelerías que deberían estar prohibidas, una plazita al lado del mar llena de cafeterías y de pintores exhibiendo sus obras. Podría haberme quedado ahí todo el viaje, pero aquello solo acababa de empezar. A las 6 estábamos en San Sebastián, aparcados en una playa surfista y a las 8, después de un merecido bocadillo de jamón, un pincho de tortilla, y una caña con limón estábamos en la playa jugando al fresbee y volando la cometa. Nada de ducha en esas 24 horas de viaje, una chaqueta, raya de ojos y ala! de pintxos a la parte vieja.

Los días pasaron con tranquilidad (dos robos y 3 horas en comisaría parte), caravana-hogar-dulce-hogar y su constante mover todas las cosas de un lado para otro para abrir las camas, poner las sábanas, sacar los sacos; lavarte los dientes con botellas de agua. Axel consiguió surfear, chris trabajar en una cafetería con wifi, y yo pasear por la playa de la concha e incluso tener una discusión tranquila con un iñaki (que no ignacio) muy orgulloso de ser de la izquierda abertxale. Todos volvimos enamorados de los pintxos, de los conciertos callejeros y de los fuegos artificiales de la semana grande, y aunque nos perdimos el toro de fuego por que íbamos a desfallecer del hambre queda pendiente una visita a mi pueblo para alardear de cultura española.

Y tan pronto como llegamos, y sin haberme duchado a lo largo de mi estancia en España nos volvimos a Francia...a una playa famosa por sus buenas olas, su buen ambiente y por un bar-cafeteria-restaurante que parecía que estar gestionado por clientes, donde todo el mundo conocía a todo el mundo y nadie era de ninguna parte en concreto. Recogimos a dos chicas de 20 años, de quebec que hacían autostop y durante dos días compartieron con nosotros caravana, playa e incluso agua para lavarnos los dientes. Chris y Axel parecían admirar su valor y su capacidad de desenvolverse mientras yo ejercía, como siempre, de anciana en cuerpo de joven sermoneando su falta de sentido común y recomendándoles encarecidamente tener cuidado...

También los dos días de playa pasaron, con sus mojitos, su tomar el sol y cenar barbacoa; incluso la ducha en la playa (con jabón de verdad) y dormir en tiendas de campaña pasó y, tras media hora de intentar poner las cosas en su sitio nos despedimos de las vacaciones y condujimos (es una primera persona del plurar innecesaria, yo no conduje, obviamente) desde las 10.30 de la mañana hasta las 23.40, con sus correspondientes paradas.

Llegué tan cansada que por un momento realmente dudé si darme la ducha o esperar algunas horas más...la sensación de estar limpia en una cama de verdad, dios...no tiene precio!

Asi que nada, ha sido un viaje genial, desde la emoción de antes de coger el tren en montparnasse hasta la llegada a casa, al mundo real, al grifo y las comodidades, al microondas y la lavadora.

y ahora??? pues ahora, todavía con restos del escaso moreno que he cogido (es que hace frío en Vascongadas eh?) a esperar a mi hermana, a Luis, a Julio y a Estefi que vienen el fin de semana a dejarse enamorar por la ciudad que me tiene un poco adoptada. Y yo no puedo esperar para enseñarla, con la emoción con la que enseñas algo que, de forma ilógica, sientes un poco tuyo.

sábado, 7 de agosto de 2010

el pato ted y otras aventuras...

Estoy en la cama de Clementine, bueno, lo estaba cuando empecé a escribir esta entrada, que luego he tenido que terminar porque nos fuimos sabe dios a donde; aclarado el desfase temporal repito...

Estaba en la cama de Clementine, mi nueva mejor amiga...vale que tiene 17, que tiene toda la serie de un paso adelante y que se emociona con cada cancion de mtv, pero la amistad no tiene barreras!

En verdad es la hermana de Ben, nuestro anfitrion en montpellier, y la buena familia, como han podido nos han distribuido a jota, a Pou y a mi en diferentes habitaciones. No se como he llegado hasta aqui, ya es 8 de agosto!

Pou vino el martes, a las 9:00 a.m y durante 3 dias vimos Paris...Dios, que lejano parece Paris en el tiempo y en el espacio y en dos dias estare de nuevo alli, y todo esto serà un extraño recuerdo.

Paris esta vez me ha vuelto a sorprender, me parece una mujer hermosa e inteligente, que aunque te impacta a primera vista no deja de sorprenderte cada vez que la conoces un poco más. Creo que es coqueta a su manera, te mira de reojo en determinados barrios y se hace la interesante en otros, a veces parece que te ignora y te da la sensacion de que no estas realmente en Paris, pero creo que lo hace solo para que tengas ganas de más, para que vuelvas a ella con los ojos de pretendiente enamorado, para que le hagas preguntas (a modo de paseos) que hace unos dias no te hubieras atrevido a hacerle.


Tomamos el sol en una fuente en los campos eliseos, hablando de psicologia y analizando a los patos del estanque, y descurbrimos que empatizar (y nunca mejor dicho) con esos animales no es tan dificil, y que Pou, de hecho, se habia materializado en el dulce patito Ted, esquizo a su manera, aislado del mundo y hasta los cojones de tantas parejas. Recordaré ese momento del viaje con una sonrisa en la boca cada vez que me acuerde, éramos los mismos de siempre, hablando de todo, riéndonos de cada cosa en un escenario idílico.

Después vino Montpellier, que ha sido genial...aunque el viaje nació con idea de ser barato, muy turístico y hablando mucho francés y al final no ha sido tan barato, no ha sido tan turístico (aunque lo que hemos visto me ha encantado) y que Ben no hubiera sido autista hubiera ayudado a que hubiéramos hablado más francés. Cena española y discoteca de moda donde dios perdió el mechero incluídas, ha sido un viaje genial; sobretodo por la alianza del mal, cruel y despiadada hasta la médula que podemos formar jota y yo cuando nos juntamos...pobre tedesky!

Y ahora de nuevo en Paris, con el culo en la silla del salón, preparada para estudiar a modo de recarga de baterias para el próximo viaje (San Sebastián, el jueves, eso sí con franceses y mi libro de gramática en la maleta). Paris es un poco gris, y nunca sabes si es frío o es bochorno hasta que sales, y te das cuenta de que era lo contrario. Paris desde mi ventana mientras estudio. Paris!