miércoles, 21 de octubre de 2009

happy happy

hay pequeños placeres que hacen que todo vaya bien, que te hacen sentir cansada pero feliz.
Escribir el blog debajo del edredón cuando fuera de la cama hace frío, los 10 minutos más que me regalo cada mañana pensando en lo que tengo que hacer ese día con los ojos cerrados todavía, la música del despertador que se calla cuando le ordenas que se postponga otro poco.

En verdad estoy estudiando mucho, y estoy cansada, y quisiera dormir más, y estoy hasta los huevos de practicas, trabajos, casos y preguntas para corregir en clase, de listas en las que tienes que estar, de faltas justificadas como en el cole y horas de biblioteca cuando los examenes ni siquiera están cerca. Aún asi la responsabilidad consigue transmitirme una cierta paz, es como si el tener tanto que hacer y quere hacerlo bien me distrajese de todo lo demás...del hecho que el Erasmus ha terminado, que mi amigo Pou ser irá a China en breve, que a mi hermana ya no le cunto mis chorradas a la hora de cenar, que dentro de nada la casa estará llena de cajas y que empieza el invierno, con lo que yo lo odio. Me distrae de mi cuenta bancaria temblando y los escaparates que no paran de gritar mi nombre.
Eso y la gente de este año, los nespressos de un euro pero que compensan, la colabraciòn a la que había dejado de estar acostumbrada, el buen rollo y basta sin mucha, mucha mierda detrás.

Es una pena que ser buena estudiante no consiga acercar Mónaco y Madrid, para discutir en directo, para terminar de estar happy happy!!!

domingo, 11 de octubre de 2009

fiestas del barrio

salir o no salir, esa es la cuestiòn?
en verdad parece una tonteria, y nadie "normal" (entendamos como normal dentro de los cánones de esta sociedad) estarìa escribiendo esto ahora mismo, si no cerrando la puerta de casa y esperando para coger el ascensor.

yo sin embargo estoy dentro de la cama, a estas impùdicas horas (23.28) de un domingo exento de inmediato madrugòn. Lo se, os veo en mi mente animàndome con graciosos pompones a quitarme el pijama (que por otra parte me queda estupendo) y salir a relacionarme con gente; incluso consigo visualizarme ahì abajo, saludando a personajes varios de mi pasado, comentando jugadas con amigos y celebrando que por fin, POR FIN!! acaban las jodidas fiestas.

sin embargo aparece mi àngel malo, o solo el aburrido, y me dice con su voz de pereza "yyy ahoooora cambiiiiateeee...yyyy baaaajaaaa aa veeer maaacarras, y eeeel oloooor a friiiiitaaaanga queeeee noooo saaaaaaleee..." y claro, a una le dan ganas de esconderse debajo del edredòn y pedir que pase de mi este calvario.

asi que nada, casi de forma autòmatica decido, ME QUEDO, y pongo cara de sorpresa porque durante algunos minutos juro que de verdad casi me lo pensè, y me digo que tengo la mejor excusa de todas, una cita vìa skype con un italiano de ojos azules, que es lo que màs me apetece (y mira que competir con la feria, no es moco de pavo)

y el año pròximo seguro que vengo, por joder, para acordarme de cuanto las odiaba...dejo escrito a modo de promesa que si algùn año echo de menos las ferias del pilar me como un bocadillo de panceta!

viernes, 2 de octubre de 2009

7 mesi fa

hace siete meses era lunes, me acuerdo perfectamente...como si fuera ayer.
me acuerdo que como cada lunes se oyò la puerta de la entrada y entraron las de la limpieza con su carrito, anunciandonos con sus ruidos nada considerados que era hora de abandonar la cama, que ya era hora...recuerdo que Sara y yo, en uno de esos intervalos en los que nos llevabamos bien nos dirijimos en pijama y con cara de pocos amigos a la casa de al lado, donde las crueles del carrito ya habían sido despachadas, como tantos lunes, ofreciendo casi desde la puerta el cambio de sàbanas y contentas seguro de no tener que limpiar en ese refugio de tantos.
en la habitaciòn de jacopo estabamos 5 personas, sin casi nada en comùn esperando lo mas coridalmente posible habalndo de todo y de nada entre frances e italiano. johnny seguia dormido fuera en su sofa-cama, sin camiseta, para variar.

Ese lunes fui con Rezar al IKEA, porque Vito no estaba y yo querìa un espejo y el alguien que le acompañara. Me lo encontrè por casualidad en la porteria y le gritè que me esperara 5 minutos y bajaba, lleguè con el pelo mojado recièn duchada y nos fuimos, tomamos un helado mientras eslegìamos una vajilla para su nueva casa y apuntamos meticulosamente los precios, modelos y medidas de todo lo que podìa interesarle.

Dentro del marketing mix se encuentra la ubicaciòn de los productos, es por eso mismo por lo que las galletas y esas guarradas, las velas monisimas de un euro y todas las chumindas susceptibles de ser un capricho ràpido se ponen en las proximidades de la caja, para que no puedas reprimirte mientras esperas tu turno para pagar. Yo fui claramente victima de aquella estrategia porque mis ojos se giraron a los de Rezar y le roguè como hubira hecho cualquier niña de 6 años con su padre que por favor me comprara esa caja azul de galletas, que estaban buenisimas y que aunque la idea del gengibre no era muy apetecible en verdad eran deliciosas. Rezar, como buen papà improvisado cediò a mis suplicas e incluyò la caja entre las otras cosas.

Cargaba mi espejo al primer piso y hacia equilibrios para llevar tambièn conmigo la merienda, todo mientras prometìa a gritos subir a la 308 en cuanto pudiera para compartir mi tesoro.Jonathan fumaba fuera.

Con la alegria que habia despertado en mi la compra, a modo de buena vecina y como compensaciòn por acojerme en su casa, màs dormida que despierta, esa misma mañana decidì ofrecerle una de mis raras galletas. No habiamos hablado mucho antes, en verdad casi nada, y la confianza entre nosotros se limitaba a un ciao en el pasillo o a alguna peticiòn culinaria tipica entre vecinos.

La caja de galletas parecia no querer abrirse, y a falta de fuerza y de mañana tuvimos que recurrir al cuchillo de cocodrilo dandee, que si bien era exagerado para la empresa fue finalmente efectivo. A estas alturas de la historia yo sigo manteniendo que fingiò que le gustaban las galletas para no quedar mal conmigo, èl dice que le gustaron de verdad.

Esa noche hicimos fiesta en casa, por un amigo de Sara americano que venìa por segunda vez en lo que llevabamos en Florencia y del que siempre tendrè un buen recuerdo. mucha comida, mucho alcohol, pelucas blancas...

EL RESTO ES HISTORIA.

hoy hace 7 meses, y me acuerdo como si fuera ayer.