Llegar, cargar la absurda cantidad de kilos que llevo conmigo, encontrar la casa, hacerme a la idea (o intentarlo) de todo lo que me queda por vivir alli, miedo, sonreir, odiar que la casa no tenga ascensor y que sea un sexto.
Y luego dar una vuelta, la primera de tantas, y ver el partido en el trocadero, y escuchar por todos lados una lengua que dentro de poco será casi mia.
tantas películas, canciones y fotos de Paris...
mañana me voy...
1 comentario:
que raro ver el ponte vecchio en la cabecera cuando en nada empezarás a hablar de una ciudad completamente diferente.
tengo que reconocer que estoy celosa de mini-erasmus!
Publicar un comentario