miércoles, 2 de junio de 2010

mi terraza

Mi terraza es mágica, os lo prometo.

Tiene un no-se-que-que-se-yo que consigue hacerte sentir en un estado de confianza total contigo mismo y con el prójimo.

Es como una consulta del psicólogo pero gratis y multidireccional, es como un tablao flamenco y un confesionario, un escenario perfecto para reír, llorar, conocer gente, comer, beber una cerveza con limón, o el chivas de papá, tomar un yogur a media mañana o una café después de comer. Es el sitio perfecto para escuchar música de fondo mientras se comparte una charla distendida sobre el once de Mourinho o la lamentable política de Zapatero, o donde se tocan temas duros sobre sentimientos y sensaciones.

No se juzga en mi terraza, no hay sitio para la incomprensión o para las criticas destructivas.

Se hacen imitaciones de lo más dispares, y se cuentan chistes, se toma té o se cena queso canario. Me pinto las uñas y hago exámenes de conciencia. Hablo por teléfono y a veces salto por la ventana de mi cuarto para no tener que dar toda la vuelta. Todo eso con el Retiro de testigo, que después de tantos años en Madrid ya no se sorprende de nada.

Me encanta mi terraza, casi tanto como el armario de 3 metros, incluso más...

1 comentario:

almudena dijo...

y vaya drama el año pasado con la mudanza...