Perder la voz gritando y sentarse encima de la mesa porque ya no sabes ni que hacer.
Bañarse en una de las fuentes más céntricas de Paris.
La satisfacción de callar muchas bocas.
Sentirte feliz y a la vez nostálgico porque te estás perdiendo el fiestón del siglo, porque no puedes abrazar a ciertas personas para celebrarlo y porque en verdad la gente de tu alrededor no sienten (obvio) tus colores.
Somos campeones del mundo. HEMOS HECHO HISTORIA! nuestros hijos nos preguntaran como lo vivimos, es una noche que no vamos a poder olvidar!
3 comentarios:
Sembra la pubblicita della Mastercard questo post... :p
Champiñoooones, champiñoooones... oeoeoeeeeeeeeee!!!
Publicar un comentario