domingo, 8 de febrero de 2009

es todo como muy raro

Estoy escribiendo esta entrada en el blog mientras hablo con Alberto por el messenger. Podría simplemente copiar la conversación, le estoy diciendo palabra por palabra lo que algún día me prometí que os contaría.

¿el chico de la pluma? no me has contando nada...

la verdad es que no me acuerdo de él, tengo una idea desdibujada de su fisico...el pelo medio largo, creo que llevaba una camiseta roja. La verdad es que no tengo ni idea, no me acuerdo en absoluto.
Recuerdo que yo tenía la mesa llena de pañuelos, y me movía, y hacía aspaventos, y me levantaba y me volvía a sentar. Pensaba en las 560 paginas de diritto del lavoro y sacaba otro pañuelo. Creo que le hacía gracia la situación.
"ey, que chula tu pluma" era de mafalda, y yo adoro a mafalda, tengo un libro con todo lo que se ha publicado de ella, y un pijama. Supongo que cuando está habiendo una comunciación obvia entre dos personas el silencio me incomoda, a lo mejor es n defecto, pero no podía estarme callada. "aunque la mia es mas chula" deberia dejar de ser tan competitiva, soy una dependiente del yo más o yo mejor...

Cuando volví después de mi eterno descanso él ya no estaba, pero estaba la pluma, y una nota con su email.
No es que hayan sido unas navidades muy alegres, de hecho han sido bastante raras, pero ese momento me hizo sonreir un buen rato, luego le escribo, pensé y perdí la dirección entre los apuntes.

Cuando la encotré le respondí el mail, y él a mi, y yo a él, y su nombre empezo a ser un habitual en la bandeja de entrada de gmail.

Primero hablabamos un poco de nosotros, nos adivinabamos, nos presentabamos y nos dejabamos conocer. Las bromas, el sentido del humor compatible, la alegria de tener un diario que se deja leer, y que te responde.

Luego llego karina, una rusa espectacular, de pechos operados, que se convirtió en la protagonista de nuestra primera no novela...después de una veintena de emails en los que cada uno de nosotros avanzamos algunos días u horas en su vida la dejamos en la cama con un protagonita alter ego de un estudiante de fisica de erasmus en Paris. Allí está todavía, dandonos de que hablar de vez en cuando.

Luego dejamos de necesitar a Karina, nos convertimos en algo parecido a amigos...nos contabamos las cosas, sin dramas o trucos, sin estrategias...solo por contarnoslas, yo porque lo necesitaba, por que era una vía de expesión...es todo lo que no puedo poner el blog. Es la versión extraoficial de mi Erasmus, testigo casual de mis ínfulas de acuario. Es mi alma antonima, y me gusta conocerlo poco a poco, aunque en verdad creo que nos hemos conocido de golpe.

Viene pasado mañana, y cada vez que lo cuento a la gente le extraña. Los hay que dicen que estoy loca, los que se preocupan por el hecho de que sea un desconocido (no han entendido que nunca lo fue), los que tienen envidia sana, los que tienen envidia asecas, los que nunca lo entenderan y los que saben que no podía ser de otra manera.

Este tipo de historias normalmente me pasan a mi, no es eso lo que me extraña. Lo que hace esta historia diferente es que él me encontró a mi...que no decidí hacer nada raro, que no fui yo la que empezó una cadena de emails sin sentido con taquillas y collages, que no fui yo la que asedié a un desconocido en el tren, no fui yo la que decidí hacer de la normalidad un deporte de alto riesgo en cuanto a sensaciones se refiere. Solo me encontró.

Y luego llegará a la estación, y yo estaré esperandole, sabiendo que seré capaz de reconocerlo y él a mi, aunque no nos acordemos el uno del otro. Le esperaré con un montón de planes con el que llenaremos ese medio centenar de horas, pero nerviosa. Si, es cierto que estaré nerviosa, sería imposible no estarlo. Pero de eso se trata.

si, ese es el chico de la pluma...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Disfruta del momento y exprímelo al máximo. Yo me meto en dos grupos: el de la envidia sana y el de que no podía ser de otra manera. Adelante!