y todo por la puta leche

Odio comer sola, el que me conoce lo sabe. Odio, aùn màs, desayunar sola. Me resulta casi insoportable la idea de tomar leche italiana, que està malisima, yo sola...es como si tuviera facilisimo no hacerlo, como si no existieran alicientes para cumplir el buen proposito de tomar màs calcio para no quedarme sin dientes cuando tenga hijos.

Esta terminando de calenterse la leche de marras en el tazo, porque ni siquiera tenemos microondas, y no me queda mas remedio que escribir para no sentirme tan sola...fobias ridiculas, supongo.

Me doy cuenta, auque ya lo sabía, que el Erasmus es la epoca perfecta para concerte a ti mismo, para saber que parte de ti eres realmente tu y que parte es la pose necesaria para que la convivencia no se vuelva insoportable...se ve quien es ordenado de verdad (al mas puro estilo Almudea-rozo-la obsesión) a quien realmente le gusta salir, quie tiene una tendencia innata a las drogas o quien le echa un morro a la vida que riete tu del pocero...

Aqui nadie te dice lo que tienes que hacer, nadie controla que te bebas la leche o que te dejes la mitad de la comida; aqui nadie controla que ayer sábado me quedara en casa estudiando porque necesito pasar el examen o que a lo mejor el miercoles salga hasta las mil. No parece haber mas juez que tu mismo, cada uno hace con su erasmus lo que quiere, por eso estamos todos tan contentos, es como vivir en una realidad diseñada a tu medida.

Los que estais o habeis estado un tiempo fuera de casa me entendeis, los que todavia no tendríais que hacerlo. Es el mundo de las obligaciones autoimpuestas, del todo vale porque "soy española", del "de todas formas me voy dentro de unos meses" del "carpe diem por cojones"

y lo unico que he aprendido es que soy lo peor...que estoy estudiando y bebiendo leche, aunque supongo que nadie me diria nada si me metiera en la cama con una pelicula en el ordenador y decidiera que hasta la hora de la pasta de aqui no me mueve nadie.

...pero no

...jodidos remordimientos de conciencia

...y todo por la puta leche