sábado, 18 de julio de 2009

mientras escucho música italiana...

he hecho la maleta
no la de Sicilia, que tendría bastante sentido, aunque estemos a sábado y no me voy hasta el martes.
He hecho la maleta definitiva, y la tensión en el pecho de la que hace unas horas me hablaba Almudena se ha extendido por todo mi cuerpo.

No, no creo haberme hecho a la idea todavía, es una preocupación mucho más tangibile...no me caben las cosas. ni si quiera después de haber enviado el paquete de 17 kilos (que debería claramente haber sido de mucho más). Tengo la maleta gigante a reventar, avisándome con ironía que seguramente pese mucho más de 20 kilos y todavia me queda mucha ropa por meter (la que he pensado que podía utilizar en el viaje y en los días que aún seré una Erasmus), a parte de toda la ropa sucia...

y en la de mano(no la he hecho todavía pero la visualizo), que esconderè para que no me la pesen, todos los zapatos, el joyero, las cajas, los papeles que necesito, la ropa que se niegue a caber en la grande...

y en el bolso (que es mucho más grande que cualquier maleta de mano, gracias a la moda) el ordenador, todas las cosas personales, el maquillaje, los cuadernos, cargadores...

y vestida cual cebolla, con pañuelo, sombrero, doble camiseta y chaqueta...en pleno agosto!

y rezando porque salga bien, porque a la angustia de todas las cosas por llevarme tenemos que añadirle la de que soy pobre, paupérrima (como le he enseñado a decir en un correcto español a Johnny) y como me cobren sobrepeso me veo vendiendo mi cuerpo o mi alma (casi mejor el alma) para poder pagarlo y volver a los madriles.

Tengo mil cosas que hacer, tengo ganas de gritar, todos quieres despedirse entre hoy y mañana, todos dicen "dai" para convencerme, y yo miro alrededor y odio la sensación de no tener las cosas bajo control...me refugiaría en mis listas, en mi sensación de "es posible" al ver mi tiempo estructurado en lineas perfectas seguidas de guiones.

Mañana escribo cuanto me ha gustado el umbría jazz, como conseguí ir a Pisa y esas cosas...ahora me voy a comer, o a gritar, o a llorar, o a darme una ducha de agua helada...

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