lunes, 25 de mayo de 2009

Napoli

Estoy destrozada, creo que cuando Almudena salga de la ducha se encontrará en su cama a una Virginia deshecha, una pasta viscosa mitad calor mitad cansancio, pero con muchas cosas que contar.

El viaje a Napoles ha sido "perfecto, como siempre" en nuestra habitual linea de "no podría salir mejor", pero es verdad que no hay forma humana de sacar más partido al tiempo y al dinero.

La primera noche en mi cabeza fue una ensalada enorme (para cada uno) en la cocina de la casa de Paolo, discutiendo del mundo en general con su madre, de la que me he convertido en fan, y planeando los 3 días que nos quedaban por delante.Fue la primera vez que me dormí en el coche en un intento fallido de salir...

En Napoles se conduce diferente, nos sorprendió muchisimo cuando llegamos y no dejó de hacerlo hasta que la hemos despedido esta mañana. Las reglas no existen, no es la ley del más fuerte, es la teoría llevada a la practica del "pero si por aqui quepo..." y ahí que van, gordas leopardesas en moto incluida, en paquetes de dos o tres y siempre sin casco, que hay crisis y la gomina está muy cara.

Nos costó casi una hora abandonar la ciudad y coger la carretera (siempre ofrecía la misma seguridad y no había cinturón de seguridad) y luego otra hasta llegar a Positano, en la costiera amalfitana, curvas, calor, risas y AHI MARIA, de Rino Gaetano como banda sonora incluídas. Mereció la pena, es una pueblo increible, las vistas no tienen precio y tomar el sol en una cala nos pareció un comienzo de viaje más que aceptable. Eso si, las 900 escaleras para subir hasta el coche hicieron que la última imagen del paraíso fuera 5 individuos sudados y destrozados deficitarios de energia y fresco.

Segunda noche que la vibración del fiat 600 me canta una nana al oído y duermo. Pequeño despertar para ver una panoramica increible y vuelta al septimo sueño cuando el coche arranca.

El sábado fue Capri (ayssss, suspiro de felicidad) una vuelta en barca alrededor de la isla con un guia que se empeñaba en darnos nombres y apellidos de aquellas mansiones maravillosas que un día llevarán nuestros nombres y apellidos. Agua cristalina, naturaleza indescriptible, y con el poco tiempo que nos quedaba antes de subirnos al barco que nos llevaría de vuelta al caos, funicular hasta lo alto y paseo por el pueblo, con su iglesia blanca, su pastelería de olor prohibido y sus tienda de precios desorbitados.

Esa noche, por fin, conseguimos salir...y además nos comimos una pizza en la misma ciudad donde fue parida, cierto que aunque fuimos a reservar a las 9 no entramos hasta las 12, pero merecía la pena. Y luego paseítos, y una desperados cantando "viva el rey" en la malasaña del lugar, llena de gente que cantaban otras cosas, y tocaban bongos y hacían cosas de hippies que van a malasaña. No os emocioneis, la vuelta a casa la pasé dormida.

Y ayer, como punto y final, vimos por fin Napoli...iglesias, museos, calles, callejuelas, motos, gente de todo tipo, correr de un lado para otro, y otra plaza y mucha informaciñon de golpe, y la sensación de que la llevaríamos siempre en la memoria.
Los spaghetti a la marinera, el pescado fresco, la torta del casar y el lomo en aceite (traidos estos últimos de Portugal) un poco de fruta y una siesta de media hora, un cafe y de nuevo a moverse, que no hay tiempo. De nuevo ahi maria, otra vez, cada vez y risas en el coche viendo la otra cara de Napoles, la de "yo aquí viviría" y paseo en el parque virgiliano, surrealista, como nosotras.

Fin de la serata rodeando un castillo, y yendo a bares guays, y hablando de todo con gente que dos días antes eran desconocidos, y "a ver si nos volvemos a ver" cuando llegamos al coche que, como despedida, me mantendría despierta en una noche cerrada que no había conocido todavía.

Y eso es todo, nos quedamos con muchas bromas, con el ritmo de Rino en la cabeza, con risas para la colección y más números en la agenda y promesas de vamos a Madrid que sabe Dios donde quedarán. Nos quedamos con el afecto de la familia de Paolo,a quien no podemos agredecerles más todo lo que hicieron, y el sol de Capri, y el "la próxima vez que vengamos" que no dejó de caersenos de los labios...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh que buen viaje, un poco te invidio! Solo espero que tu prossima vacacione sea mas 'perfecta'...mò vediamo!
Que tengo gaña de veerte!! muaaak!

Taza dijo...

Oye, para el pubelo llano, ¿podríais hablar en cristiano?

Guille dijo...

la torta del casar portuguesa?!?!
Producto con denominacion de origen español!!! jajajaja
Mucha suerte en el examen de mañana

Quintyhara dijo...

la torta de casar no era, pero era ese mismo queso en version portuguesa y también estaba mmmmmmmm

y no seas cruel con anonimo que no es español, de hecho me ha impresionado lo bien que ha escrito...

almudena dijo...

ahi maria! non sei più con me!
que raro que no lo seas en verdad.

quién del grupo del mo' vediamo è? cierto piccinino?

Taza dijo...

Menos mal que una se caracteriza por ser una políglota... Se me ha ocurrido alguien pero lo conoces desde hace menos tiempo que a mi.

¿Te envidia sólo "un poquito"?

Guille, ¡sigo esperando! La venganza te la serviré en plato congelado.

Quintyhara dijo...

taza, tienes un lio...

a lo largo del blog ha habido tres anonimos, que han sido ya resueltos...

el primero fue alvaro que firmo en la entrada que le dediquè

después fue el de la vuelta de madrid que también fue resuelto

y este es otro...italiano, que por supuesto no tengo dudas de su identidad!y aunque es piccinino, boun boun,no lo dice

Taza dijo...

Lástima, yo había pensado en otros. Bueno, ¿qué tal el examen después de lo bien que has estudiado en Nápoles?